jueves

DESA-FUERO MILITAR





Ahora la jauría de los uribistas y demás especies de guerreristas ya casi logran que se vuelva a instalar el fuero militar, tal y como lo hemos conocido antes; es decir como aquella estructura jurídica que permitirá nuevamente que reine el desafuero.

Es increíble como pasan los años y los delegados de la oligarquia ponen, quitan, suspenden y reeditan las leyes de a cuerdo con sus conveniencias. Y eso acontece porque la inmensa mayoría de los Senadores de la Republica son terratenientes o delegados dóciles de aquellas minorias del poder que nos tienen como estamos. A ellos no les importa porque son como la inmensa mayoría de los periodistas, lo único que les importa es quedar bien con sus amos.

El asunto es que muy posiblemente volveremos por los tiempos de Estatuto de Seguridad, del famoso Estado de Sitio, o para ser mas contemporaneos, por los tiempos de los falsos positivos. Antaño, bajo la dictadura del "liberal" Julio Cesar Turbay el desafuero militar fue casi total, se reprodujeron por doquier, la tortura, las desapariciones y los presos politicos. Y claro la impunidad fue reina y señora.

Lo mejor es que en estos momentos, cuando se habla de un proceso de paz, están pidiendo perdón y olvido para los militares que vienen cometiendo toda clase de vejámenes contra la población civil. ¿Será eso posible? Aparte de que ellos forman parte del Estado con todas las prerrogativas que les otorga eso, salario, pensión, servicio de salud primas y demás...  ahora desean que la Nación entera les conceda licencia para unos cuantos miles de ellos se comporten como una banda de delincuentes bajo el manto de la impunidad. Pues NO, los cuerpos armados del Estado deben es cumplir y hacer cumplir la constitución y la ley.

Pero claro, Colombia es un país diferente, aqui todo funciona al revés y por eso vamos de un periodo de violencia a otro como si nada. Además debemos pensar que los militares reclaman porque han adquirido un poder desmesurado en virtud de ser el segundo ejercito mas grande de Amèrica latina. Y pensar que entre 1855 y 1856 bastaban 600 soldados para mantener el orden en todo el territorio. Solo 600!


lunes

LA FANTOCHERIA ESTÁ DE MODA

Un gran maestro me decía que estábamos entrando en la era del conocimiento por aquello del aumento de la escolaridad, la revolución en las telecomunicaciones, la informática y la proliferación en las especialidades técnico científicas, etc. Sin embargo cada día me parece que se equivocaba porque, todo parece indicar que vamos es hacia el reino de las apariencias, la cursilería y la banalidad. 
Los brutos
No pretendo por su puesto hacer caer al lector en el pesimismo absoluto, pero sí, que mire de una manera crítica lo que está pasando a su alrededor. Es verdad que hay más personas matriculadas en las universidades que antes, pero los buenos profesores y los buenos estudiantes escasean, al tiempo que nos inunda una muchachada que no sabe lo que es el respeto por nada ni por nadie, jóvenes que se dejan arrastrar por la voracidad de sociedad de consumo y la drogadicción. Es así como en la Universidad del Valle y en la Santiago de Cali la pedrea estalla a veces sin ton ni son y las zonas verdes o el lago dejaron de ser vistos como remansos para el espíritu, porque los marihuaneros se los tomaron impunemente. De esta forma los saberes van por lo bajo, mientras las nuevas generaciones vuelan no por sus inspiraciones sino por las aspiraciones humeantes.
Con relación a las telecomunicaciones tenemos que en milésimas de segundo van y vienen los comentarios, noticias e informaciones, pero en ese mar inmenso de palabras pululan la basura frases de gentes vulgares e intolerantes que ofenden la inteligencia del mas bruto de los simios. La gran revolución de eso que llaman pomposamente los medios de comunicación “Las redes sociales”, en realidad no han sido más que la actualización del bochinche y la pendejada. Si antes eran las comadres las que corrían con sus comentarios venenosos a dañarle la vida a los demás para imponer sus prejuicios y mojigatería, ahora se pretende que seamos todos los esclavos de esos comentarios que van por el ciberespacio pregonando la estupidez de medioescribir impulsivamente. Para ejemplo ahí están los Twitter de los mediocres políticos de la mafia. Muchos grandes pensadores nos dijeron que con la revolución en las comunicaciones, la cantidad y la velocidad traerían la calidad, y por consiguiente sería mejor para la humanidad, pero el resultado ha sido incluso que nos comunicamos menos con el que tenemos al lado. Ya los restaurantes no propician el dialogo entre los comensales sino que montan la pantalla gigante para que sigamos rumiando con remedos de realidad. Al llegar a casa cada cual se encierra en su pieza a ver televisión o a “computiar” porque se acabaron los libros impresos, las reuniones familiares y las veladas literarias.
Antaño uno se subía al bus y cualquier tontería le preguntaba a la niña que estaba a nuestro lado, armábamos una conversación y si estábamos de buenas, conseguíamos salir con ella. Hoy a la persona de al lado no le podemos interrumpir porque va como autista, rezando por teléfono, con los ojos fijos en la pantalla y los dedos pegados al teclado.
Adicionalmente si le detallamos un poco, lo más probable es que su vecino o vecina sea una de esas personas inmaduras que andan gritándole desesperadamente al mundo que son diferentes: con el cabello verdoso, el arete en la nariz, el tatuaje en la cola, y todos los accesorios de marca o porque son hijos de los estereotipos de moda: alternativos, roqueros, artistas, emos, “revolucionarios”, remedos de ejecutivos de banco o de niñas barbie. Todo porque se ha impuesto la filosofía según la cual el Ser se expresa en el tener y el ostentar.
Pero paralelo a ese universo de fantochería, menos mal, en estos fenómenos de “la modernidad”, también existe una infinita cantidad de posibilidades para una realización positiva de la humanidad: conocemos otras formas de pensar, podemos aprender a cocinar los más variados manjares, podemos ver videos sobre cómo pintar al oleo, encontramos cursos gratuitos y excelentes de idiomas, hay sofware gratuito para ampliar nuestros horizontes, hay prensa y medios de comunicación que no están suscritos a los lineamientos de las oligarquías trasnacionales, podemos hallar pasatiempos inteligentes para los niños y mil, mil de cosas más. La cuestión está en saber escoger y en aprender a distinguir lo que nos conviene.