lunes

EL ESPACIO PUBLICO, NO ES PARA LOS AVIVATOS.




¿QUE ES EL ESPACIO PUBLICO?
¿PARA QUE SE CONSTRUYEN O ADECUAN LOS ANDENES Y LOS PARQUES?
¿CUANTO LE CUESTA A LA CIUDAD LIMPIAR Y CONSERVAR LOS ESPACIOS PUBLICOS?
¿QUIENES PUEDEN ACCEDER A ESOS ESPACIOS?
¿PUEDEN LAS EMPRESAS CONTRATAR PERSONAL PARA INVADIR O MONTAR NEGOCIOS EN EL ESPACIO DE TODOS?
¿QUE ACTIVIDADES PUEDE DESARROLLAR EL CIUDADANO POR FUERA DE SU CASA?
¿PINTAR LOS MUROS DE LA CIUDAD ES ARTE O VANDALISMO?
¿DERECHO DE UNOS O DE TODOS?




FJJF





sábado

COHERENCIA ECOLOGICA

La mayoría de las personas piensan que la ecología es una ciencia y los ecologistas, los únicos que deberían estar preocupados por el cuidado del planeta, lo cual es un error monumental.
Para diversas comunidades ancestrales, sus entornos naturales debían ser respetados y protegidos con esmero porque en sus cosmovisiones el hombre no había surgido para dominarla y estrangularla como lo hacen los que se dicen promotores de la modernidad. Ahora, si bien nos cuesta trabajo regresar a esa posición de ver en las rocas y los arboles deidades con poderes especiales, tampoco deberíamos considerar a la ecología como una ciencia positiva, porque de nada nos sirve elucubrar portentosas teorías para descubrir las leyes que rigen los procesos naturales y seguir destruyéndola como lo hacen muchos doctos universitarios. De lo que se trata hoy, es verla como una disciplina práctica, y con ello pasar de esas teorías que repiten hasta el cansancio lo del calentamiento global, a unas prácticas efectivas.
Antes de llegar a lo que se entendería como unas prácticas reales de la ecología, es preciso recordar que existen unos factores sociológicos y políticos profundos que no permiten su desarrollo, tales como: la existencia del sistema capitalista que promueve la búsqueda de los intereses individuales por encima del interés general, la lucha de clases y en consecuencia la sociedad de consumo. Es por esto que, si deseamos alcanzar una coherencia ecológica, es indispensable superar el voluntarismo individual y vincular nuestros buenos deseos con la actividad política.
Sin embargo, para no quedarnos inmóviles esperando que se produzca la transformación social, son las personas conscientes y estudiosas las que deben empezar a presionar para que los cambios políticos se produzcan algún día, debido a que desde los lejanos tiempos históricos, desafortunadamente, la inteligencia quedó mal repartida. Tan es cierto esto que abunda los que posan de ecologista en público y son depredadores en lo privado, como aquellos que creen que son ecologistas porque compran bombillos ahorradores y montan en bicicleta, al tiempo que son rehenes del consumismo.
Para propiciar la formación de argumentos que hagan viable la existencia de una coherencia ecológica, paso a presentar algunos de los mejores argumentos que se vienen exponiendo para pasar de la teoría a la práctica. Y para que los enunciados no suenen como mandatos absolutos, o caer en la intransigencia, tenemos que hacer énfasis en la palabra “procurar”. Entonces:
· Piense muy bien antes de comprar para no dejarse engañar por la zalamería de los vendedores. A sus familiares o amigos no les regale chucherías, sino algo realmente significativo.
· Prefiera los productos naturales a los que traen demasiados empaques o que han sido “sobreprocesados” como por ejemplo las galletas, postres refrigerados, gaseosas o ciertos licores, porque además de generar desperdicios, traen elementos nocivos para la salud como, colorantes y conservantes. Se entiende que es muy difícil cambiar las costumbres pero es preferible, por ejemplo, sofreír las verduras que consumir las que vienen enlatadas o congeladas, para el desayuno es mejor un kumis hecho en casa o un jugo que utilizar cereal importado o café en polvo. El café es un producto subreprocesado: requiere abonos, fungicidas, trillado, secado, tostado, molido, empacado, etiquetado y transportado.

·  Procure adquirir los bienes de consumo y sus alimentos de los entornos más próximos para disminuir los sobrecostos que se producen en la transportación como manzanas y el aceite de oliva. De tal suerte aminoramos el uso de los combustibles y se minimizan ciertas prácticas de explotación laboral que se dan en ciertos países.

CULTIVO DE ACELGAS Y TOMATE EN UN BALCÓN

· Si le gusta cuidar de las maticas para calmar el estrés, entonces, en lugar de sembrar las mismas plantas ornamentales de sus vecinos, procure cultivar hortalizas y frutales. De esa forma logra múltiples beneficios: obtiene productos sanos, ayuda a la biodiversidad, contará con un entretenimiento mejor que el de los medios masivos de comunicación y embellecerá de otra manera, su entorno.
·  Cuando fomentamos la informalidad o la ilegalidad le damos alas a los depredadores de la naturaleza y a los corruptos. Así, por ejemplo, cuando las personas llevadas por la pereza de hacer las arepas en casa, prefieren comprarlas en la calle, pensando además que se ahorran unos pesos y “ayudan” a un pobre, en realidad están fomentando el caos porque esos son avivatos que invaden de los espacios públicos, destruyen las zonas verdes, dejan sus desperdicios en las aceras, roban energía y propagan enfermedades gastrointestinales, entre otras cosas. Analícelo bien.
· Mas que pensar en la moda de los "ahorradores de energía", procure hacer las cosas que impliquen el menor uso de recursos posibles. Dese cuenta que estamos exagerando las cosas, porque ahora buscamos entretenimiento con aparatos o juguetes de pilas y queremos emplear herramientas electrónicas hasta para las labores más sencillas.
· Como la inteligencia está mal repartida, aproveche lo que desechan los esclavos de la sociedad de consumo. Reutilice todo lo que se encuentre a su paso y no se avergüence de recoger algo de la basura. Límpielo bien, dele lustre y reutilícelo u obséquielo a quien si lo pueda necesitar.
· No crea que el turismo es una industria limpia y sin chimeneas, porque incluso aquel que llaman “sustentable” o "verde" deja unas consecuencias, a veces impredecibles, sobre los entornos sociales y naturales. Para su entretenimiento procure pasear por los espacios más cercanos a su lugar de residencia, hágalo con austeridad y sin pretensiones de mostrarle a los demás que usted es capaz de llevar un estilo de vida holgado y derrochón, por unos días. ¿qué le pasaría al planeta si durante sus vacaciones cada uno de los 7 mil millones de habitantes tuvieran que salir cada verano de paseo, viajando cuatro mil kilómetros, como lo hacen los ciudadanos de los países ricos? El turismo en realidad es una industria que tiene por chimeneas los tubos de escape de los automóviles, aviones y cruceros, que dejan, por cierto, toneladas de partículas contaminantes en la tierra y en el cielo.

La lista de recomendaciones podría extenderse mucho más, como no practicar "deportes" a motor, pero es al lector a quien corresponde ahora ampliarlas, meditarlas, difundirlas y sobre todo, para tratar de ponerlas en practica. De esta manera cumplimos con la tarea de reducir nuestra huella ecológica y ser coherentes.