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DIBUJO PREMEDITADO

A MANERA DE INTRODUCCIÓN 

Un libro es como una ventana que, si la abrimos, le damos luz a nuestra casa, permitimos que nos invada la fresca brisa de la tarde y a través de ella es posible contemplar una faceta del universo. En este caso, a algunos lectores puede parecerles que están frente a una abertura muy pequeña pero, en la medida en que avancen por su contenido, podrán comprobar que es apenas suficiente como para iniciarse en el gusto por el dibujo. De ello puede estar seguro, porque esta ventanita es el fruto de muchos años de experimentación e investigación (no en el sentido positivista del término) y ha sido construida sin los obscuros cristales que usan algunos especialistas para expresarse.

Caratula de Dibujo Premeditado
Dibujo premeditado es, pues, una invitación para quienes tienen aunque sea un poco de curiosidad por seguir cultivando ese gesto, tan profundamente humano y milenario, como es el de jugar con las líneas, las formas, los lápices y los colores. No importa si el lector en un principio solo dispone de un lapicero y una hoja de papel que tiene una de sus caras sucia, porque de lo que se trata es de recuperar sus ratos de ocio para que disfrute de la experiencia de transitar por la senda interminable del conocimiento, y sienta el orgullo de ser capaz de producir sus propias imágenes. Despreocúpese si vive en un lugar apartado de nuestra geografía, sin escuelas especializadas, ya que, si conserva la pasión, verá que con el tiempo logrará aprovechar todas las circunstancias, aprenderá a trabajar con nuevos materiales, podrá adquirir otros libros y descubrirá nuevos horizontes.

Debido a que el dibujo está íntimamente ligado al juego, todos podemos practicarlo en el uso de las formas con entera libertad, pero si nuestro deseo es alcanzar objetivos concretos, como hacer el retrato de un amigo, o el paisaje de su cuadra, tenemos que asimilar las reglas que lo gobiernan. En esto no hay una contradicción, solo se trata de saber cuándo dar rienda suelta a la imaginación y cuándo ser rigurosos en el análisis. Para acceder al rigor de las normas de la representación bidimensional, es muy recomendable tener este y otros libros a la mano, para estudiar pausadamente los conceptos y los procedimientos. Además porque no siempre podremos contar con la fortuna de tener a nuestro lado alguien que nos explique, una y otra vez, los “secretos” del oficio, tales como: los tipos de trazos, el cuidado que debemos tener con los implementos de trabajo, las sutilezas de las técnicas, los tipos de perspectiva, etc. En las siguientes páginas usted encontrará algunas nociones generales sobre esos temas, pero haciendo énfasis en la importancia de pensar en profundidad antes de actuar, es decir pre-meditadamente.

Entre los docentes vanguardistas o conceptualistas, es muy extendida la creencia según la cual para llegar a ser artistas creativos, los aprendices no necesitan aproximarse a las clásicas reglas del dibujo, deben tan solo dejarse llevar por el instinto y conocer las corrientes de moda que nos llegan en especial desde las grandes metrópolis. Empero, las teorías que buscan justificar la espontaneidad, aunque ya forman parte del paisaje natural colombiano, son precisamente las que deberíamos rechazar, debido a que ellas son las que propician muchos de los factores que hacen de nuestra vida una experiencia caótica. Piense que uno puede pasarse la vida entera rasgando una guitarra o haciendo garabatos sueltos, pero solo llegamos a hacer música o a componer un buen cuadro, cuando nos hemos acostumbrado a evaluar analíticamente las cosas que hacemos. El objetivo es, entonces, aprender a dibujar teniendo en mente que debe ser una experiencia divertida, en medio del rigor. 

Quienes se dicen amantes del dibujo y se conforman con mirar enciclopedias o con ir al museo, para apreciar lo que han hecho los demás, porque consideran que a esa actividad solo deberían dedicarse los que nacieron dotados de “talento”, pueden estar seguros que este es el tipo de libros que deberían leer juiciosamente, para que no les pase lo mismo que a los fanáticos de los deportes que se contentan con ver el fútbol por televisión, al tiempo que padecen las consecuencias propias de llevar una vida sedentaria. Claro, tenga en cuenta que eso sucede porque la sociedad de consumo quiere quitarnos el disfrute del tiempo libre para convertirnos en meros clientes de las industrias del espectáculo. Dibujo premeditado. Una aproximación reflexiva y experimental.

Para no ser simples espectadores de lo que han hecho o hacen los demás en materia de arte, tenemos la opción de aprender a dibujar y en ello los libros aun pueden cumplir un rol muy importante. En los tiempos de la Internet, de los libros digitales y del fuerte impacto que viene causando la transmisión de conocimientos por medio de los videos, muchas personas llevadas por los impulsos de las modas, consideran que los textos impresos están condenados a desaparecer para cederles espacio a las nuevas tecnologías de la información y porque debemos evitar la tala de los bosques. Sin embargo, de la misma manera que la pintura mural que nos viene del paleolítico, no ha desaparecido, cada nuevo sistema de comunicación cuando surge, simplemente se convierte en una opción más y lo que tenemos que saber es cuándo aprovechar uno u otro. Así, por ejemplo, para hacer comentarios espontáneos sobre asuntos que son de interés para el vecindario o la familia, resulta muy oportuno utilizar las redes sociales, pero para realizar y difundir documentos que demandan una lectura paciente y meditada, ellas son inapropiadas. De la misma forma, si bien es cierto que la aparición de los programas informáticos como el AutoCAD son de una gran ayuda en la elaboración de planos e imágenes tridimensionales, no es fácil renunciar a la pintura de caballete y al dibujo porque con ellos podemos integrarnos al espacio e involucrar otros sentidos como el tacto y el olfato. Este no es un argumento pueril, si de lo que estamos hablando es de propiciar el desarrollo armónico de las personas.

Por otra parte, es verdad que todos tenemos que contribuir al cuidado de la naturaleza, pero a los ecologistas sería bueno pedirles un poco más de coherencia porque el impacto que tiene un dibujante sobre el entorno no se puede comparar con el impresionante daño que causan la carrera armamentista, la expansión de las obras públicas y la agitación de la sociedad de consumo que promueven los medios masivos de comunicación. Bueno, y ahora se preguntará el lector ¿cómo justificar la aparición de un nuevo libro, siendo que hay tantos en las librerías y en las bibliotecas? La respuesta es por demás sencilla y cubre varios argumentos: Porque una cosa es que los libros estén en los estantes y otra muy distinta tenerlos en casa para leerlos o degustarlos. Piense usted también en aquellos a quienes les gusta hojearlos en el bus, sentir el aroma de sus páginas y en los que lo ponen a un lado del caballete para seguir un ejercicio. Es verdad que en el mercado es posible encontrar muchos textos sobre el dibujo, pero la mayoría, sino todos, nos hablan de cosas que pertenecen a otras realidades sociales y a otros entornos geográficos. Los libros españoles, por ejemplo, dan cuenta de las concepciones griegas sobre la figura humana; de unos bosques que nos resultan extraños; de utensilios de trabajo que no se consiguen ni siquiera en las capitales de este país; y nos presentan imágenes de cuadros famosísimos a los cuales ni siquiera tenemos acceso. En consecuencia, considero que querer aprender a esbozar paisajes marinos a partir de ejercicios tomados de la Costa Brava de Cataluña resulta casi un absurdo porque nuestro litoral pacífico es increíblemente diferente. 

Por último, porque cada autor considera que vale la pena compartir con los ciudadanos sus experiencias y su particular manera de ver el mundo. Puede que no siempre resulte siendo un texto súper novedoso, pero es emocionante saber que, al menos, se intenta hacerlo con honestidad. Si usted acepta la invitación y abre de par en par esta ventanita, no se arrepentirá porque el texto se encuentra dividido en cinco capítulos con un tratamiento de los temas y unos ejercicios que empiezan por los más sencillos, hasta llegar a los más complejos. De suerte que con la ayuda de los métodos expositivo y demostrativo se espera que el lector adquiera confianza en lo que hace desde un principio, para que luego le resulte natural entrar en los aspectos más complicados del dibujo. En cuanto a los resultados, dependen mucho de su disciplina y entusiasmo, pero una cosa cierta es que en la medida en que vamos explorando nuevos temas o adquirimos nuevos instrumentos, comprobamos que nunca dejaremos de aprender.

Como se espera que le surjan algunas dudas y que sienta deseos de profundizar en algún aspecto, le sugerimos consultar la bibliografía anexa, acudir prontamente a la biblioteca más cercana, o si lo prefiere navegar por la Internet. Por último, si piensa que en el proceso de aprendizaje es bueno tener presente algunas reglas básicas, se le recomiendan las siguientes: sea dedicado, curioso, paciente, pulcro, metódico-ordenado, intente ser creativo (por ejemplo, si tiene algún accidente, aprovéchelo) y no olvide ser autoexigente…, pero no demasiado.