martes

HOMBRE RICO Y HOMBRE POBRE, POBRE HUMANIDAD



Mientras en Nueva York fallecía un hombre por causas naturales, en las montañas de Colombia moría otro por culpa de la guerra. Aunque algunos no lo crean los dos fueron seres humanos, seres pensantes, soñadores, que conocieron la alegría, la gloria del amor y padecieron la tristeza, en este pequeño rincón del universo llamado planeta tierra. Han podido llevar una vida linda como hermanos, como amigos o incluso como meros conocidos ya que en esta casa flotante hay suficientes riquezas para todos, agua, aire, frutas y un montón de cosas más, pero no fue así. ¿Por qué? Es la pregunta que algunos nos hacemos desde hace miles de años. La verdad es que ellos, a pesar de compartir el mismo color de sangre, de tener que respirar el mismo aire y compartir el mismo sol, no eran iguales. El uno era rico y el otro era pobre. Al rico le dieron visa, al pobre la posibilidad de quedarse en esta tierra, sin tierra. El rico conoció las mieles de la democra$ia liberal, mientras al pobre le tocó lidiar con la exclusión y la pobreza. El uno se hizo empresario, el otro practicante del rebusque y a veces terrorista (porque la gran prensa solo llama insurgentes a los prepago de la CIA). Al primero le correspondió la paz de los clubes de gringolandia, al otro las distintas manifestaciones de violencia nacional (alcoholismo, drogadicción, raponería, paramilitarismo, ley 100, ley 30 y las cooperativas de trabajo asociado). Hubo Harvard para el rico, universidad de garaje para el pobre…… y todo asi por el estilo. 
Yo no conocí en persona al ilustre hombre de negocios, sólo le veía en las paginas sociales de las revistas más prestigiosas y aunque con el pobre muchas veces todos nos topamos en las calles, no puedo estar seguro si ambos conocieron eso que llaman los Derechos Humanos porque si los hubiesen interiorizado, se habrían echo hermanos bajo esta enorme carpa azul celeste. El uno le habría dado salario digno al otro, el otro no le habría odiado tanto. El rico habría podido caminar sin temor al lado del otro y juntos han podido llenar de perfume los fusiles y cargado los helicópteros con flores de mil colores ….y así por estilo. Lastima que la realidad sea otra, que la riqueza solo sirva para que los poderosos, desde la comodidad de sus palacios, puedan orientar las guerras que llenan sus arcas de dinero.
Durante un tiempo la Revolución de Octubre intentó detener esa lógica durante algunas décadas pero todo parece indicar que la humanidad está condenada a que unos cuantos sean los causantes de la muerte y la miseria de la mayoría de los mortales por los siglos de los siglos. Sin embargo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se firmara el 10 de diciembre de 1948, es una pequeña luz de esperanza para los humildes, a pesar de la fuerza avasalladora que hoy tienen las élites del capital. Muchos creen que ese documento es un mero decálogo de buenas intenciones, una concesión o dádiva de los poderosos, pero no es así, es el fruto de siglos de lucha, forma parte del ideario de cambio de los humanistas, jacobinos y revolucionarios de las más variadas tendencias, que dieron incluso su sangre, por los derechos de los desvalidos. Ellos trazaron una senda que nosotros, debemos seguir; difundiendo dicha declaración y llenando de optimismo a los hombres, ricos y pobres, para que esa aspiración de ser libres e iguales en dignidad y derechos se haga realidad. 
Por supuesto que con los líderes políticos actuales no llegaremos a ningún lado, por cuanto los de la “Unidad Nacional” sólo responden a los intereses de una oligarquía atollada de paramilitarismo que no ha dudado en seguir mancillando incluso su propia neoliberal constitución del 91. En consecuencia, será a los jóvenes de hoy a quienes corresponderá la magna misión de convocar una nueva asamblea nacional constituyente y ser los garantes de su fiel cumplimiento para que el rico y el pobre tengan los mismos derechos. ¿Será que lo consiguen o se dejarán arrastrar por la indiferencia y los intereses personales?