sábado

SOLAR DECATHLON 2019

LA ECOLOGÍA COMO ESPECTÁCULO



Es lamentable ver cómo en la moda se cuelan todos los hipócritas y los arribistas inescrupulosos. 



Ahora en este país ya no faltan ni los politiqueros que se dicen ecologistas. Pero son solo verdes como los lagartos. En los medios de comunicación y en las campañas son miles los que se dicen amigos de la sostenibilidad pero para sostenerse en el poder o para agenciarles a sus amigos todo tipo de negocios personales e institucionales.



Si, señores, vuelve el Decathlon a Cali, sin que nadie dijera una palabra sobre la destrucción del medio ambiente y de los recursos que le dejó a la Universidad del Valle la versión anterior. Pero claro, los pechugones expertos en ecología prefieren pasar de agache para no meterse en problemas y ser políticamente correctos. Hace cuatro años la romería de noveleros hizo del evento todo un éxito. La universidad perdió una hectárea de zona verde, dejaron a la buena de Dios dos casas que hubo que convertir en basura hace poco, se pagaron durante 4 años dos vigilantes diariamente y a nadie eso le pareció que fuera malo, no vieron ni corrupción, ni despilfarro. Mucho menos se habló de detrimento patrimonial.



Decathlon raspa y  apisona la tierra


Hoy de nuevo iniciaron los trabajos para SHOW del 2019: se raspa la tierra, se traen volqueadas de piedras, se apisona y se apisona el suelo, se instalan nuevas luminarias, se le quita nuevas áreas verdes a la Universidad y luego vendrán los gastos por publicidad, catálogos, folletos, pendones, serpentinas y todo el montaje de parqueaderos.



Preguntas: ¿Será que una vez termine el espectáculo, le devolverán el verde al campus? O ¿aprovecharan para hacer nuevas placas de concreto, nuevos edificios para la modernidad tecno-ecológica? 



Ya veremos a los politiqueros tomándose la foto porque el show debe seguir….


Decathlon exige nuevas areas verdes para hacer parqueaderos

viernes

LA CORRUPCIÓN UNIVERSITARIA, ES VIEJA




Las recientes marchas de los estudiantes contra la corrupción, son entendibles por el malestar que provoca el mal uso de los recursos físicos o financieros por parte de los directivos universitarios, pero no dejan de llamar la atención las paradojas y contradicciones que aparecen cuando de luchar contra ese problema se trata. Lo primero para recordar es que hablamos de un fenómeno muy viejo de nuestra historia patria y que cada vez más viene afectando, a todas las instituciones de este país. En segundo término, en el sistema universitario, la corrupción no surgió este año, lo que pasa es que, como ha tenido tantas formas de sobrevivir, las personas prefieren hacerse las desentendidas, para no sufrir las consecuencias del control social que hay sobre los sujetos que intentan destaparla.

Hace falta una marcha por la autocritica


Aunque las universidades privadas se diferencian de las públicas porque son unidades de negocio, juntas comparten el hecho de ser entidades estructuradas como entes feudales, donde son las jerarquías de poder económico y nobiliario (con títulos) las que, imponen su voluntad y en las cuales la democracia no pasa de ser una consigna de buenas intenciones. Gracias a la ley treinta en las universidades públicas los que mandan en los concejos superiores son unas aristocracias conformadas por empresarios de apellidos de alcurnia, delegados del gobierno nacional y sus fieles servidores de la clase media, los politiqueros regionales y el profesorado. Dichas aristocracias ponen los rectores-reyezuelos y se reparten los dineros públicos en formatos de honores, contratos, convenios y otros beneficios. Lamentable decirlo, pero para eso es que sirve la famosa autonomía universitaria y no para tomar distancia del modelo de educación que dictan los burócratas neoliberales del ministerio.

Luego vienen en un nivel inferior, los vicerrectores-príncipes de la administración y, aparte están, los señores sabios de la mesa redonda del concejo académico haciendo el coro. Más abajo se ubican las facultades donde los decanos ofician como pequeños condes manejando en su condado, un presupuesto que les sirve para manipular la clientela de sus fieles servidores, los profesores temporalmente rasos, la masa de profesores eternamente temporales y a los estudiantes que ofician de monitores.
Aunque he simplificado el orden institucional lo que se quiere señalar es que el despilfarro, el tráfico de influencias y de prebendas (como las becas, viajes, publicaciones, comisiones de estudio, reconocimientos, asesorías, proyectos etc.), son cosas que funcionan estructuralmente y frente a las cuales, nadie dice nada, porque el respeto al poder es lo más sagrado. Asimismo nadie quiere tropezarse con los intereses de los demás para no afectar de pronto, sus propias posibilidades futuras de acceder a un cargo directivo o a su parte del pastel.

Las universidades no están pensadas para generar la igualdad social como predican muchos, pues básicamente están conformadas por profesores y estudiantes que luchan por el ascenso social y de los cuales muchos están dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograr ser reconocidos como integrantes del sector dominado de la clase dominante y disfrutar de sus nuevos gustos refinados. Es por esto que la mayoría de los profesores para mejorar los ingresos y entrar a figurar como sacerdotes distinguidos de una parcela del saber-poder, en los últimos años se han preocupado por escribir y reescribir artículos, publicar informes de pacotilla de dudosos proyectos de investigación y por montar microempresas grupales de posgrados. Entre tanto, los pregrados se han hundido en la mediocridad por no corresponder a las lógicas de nuestro tiempo que están regidas por la rentabilidad económica, la competitividad tecno científica y las mediciones de los “ranking” internacionales.

De otra parte están los trabajadores que no se han quedado atrás, en eso de jalar de la piñata presupuestal y están logrando prebendas que no tienen otros funcionarios del Estado. Lo triste es que a pesar de ello no se les puede llamar la atención por sus ineptitudes o falta de compromiso laboral, pues rápidamente corren a escudarse en sus organizaciones sindicales.

De los vendedores informales, que roban servicios públicos y ofrecen software pirata dentro de los campus, participan democráticamente todos los de la comunidad universitaria, sin que eso de fomentar la ilegalidad ruborice a alguno, mucho menos a los entes de control del Estado, porque las personerías o contralorías también están integradas por las mismas fichas de los politiqueros regionales.

Y por último están los estudiantes que inician su proceso formativo en ese sistema educativo basado en la competitividad, aprendiendo, en consecuencia de las prácticas del chancuco, el plagio y el pago de trabajos académicos, para poder ser los primeros en logar los reconocimientos, las becas y la titulación que supuestamente les abrirá las puertas al mercado laboral.

De manera que marchar contra la corrupción me resulta un tanto difícil sobre todo cuando uno se entera que en los procesos de designación de rector, profesores, estudiantes, politiqueros y el gobierno, sin ningún asomo de vergüenza, son las que eligen y reeligen a las camarillas rectorales corruptas.

Por todo los argumentos desarrollados, diríase que la lucha contra la corrupción hay que darla, pero primero examinando nuestro grado de responsabilidad, ya por acción o por omisión.

PARA REMATAR

Las personas suelen escuchar de las pedreas de los universitarios y de los fantásticos actos de vandalismo que se ejecutan bajo el amparo de la tan defendida Autonomia Universitaria, pero también deberían preocuparse por lo que sucede adentro. Una de las grandes ventajas que me dio el haber sido candidato a rector de la Universidad del Valle dos veces y profesor de varias universidades es que uno conoce la cantidad de triquiñuelas, despilfarro e incongruencias que se dan en este medio “académico”.

No hay manera de esperar que el gobierno nacional haga algo positivo porque la corrupción se come el Estado por dentro delante de todos.

En el año 2019 desde antes de que se iniciara la inscripción de candidatos a rector ya se sabia quién ganaría por eso todo el proceso no fue mas que un enorme circo donde se perdieron varios millones de pesos. Cuando fui ante el Concejo Superior a presentar mi candidatura no fueron todos y los asistentes pusieron una cara de estar ante algo cocinado. Con mencionar que la Gobernadora, doña Dilian Francisca ni siquiera me presto atención por andar con el teléfono y nadie formulo ni una pregunta. Luego cuando fui al ministerio, la señora Ministra, en la misma situación de farsa, porque ella solo estaba chatiando. Pero con orgullo dije a sus funcionarios que no tenía de esa experiencia administrativa. No se si me entendieron pero no he manejado clientelas, favores ni he sido de aquellos burocratas que cuidan un puesto y no hacen nada por la U..

Este contrato a dedo para colgar un muñeco de plástico
y que significó no menos de 50 metros cuadrados de concreto sobre el verde,
para mi es muestra de corrupción, despilfarro y un daño ecologico innecesario.
Como si el fútbol definiera el objetivo institucional de una universidad.

Durante la campaña le mostre con fotos y argumentos el estado de podredumbre y despilfarro en el que andábamos, pero a los profesores les importó tanto como a los estudiantes que brillaron por su ausencia.
Profesores y estudiantes votaron en consulta por la reelección.

Un dato conocido es que el señor Varela, el ilustre rector no ingresó a ser profesor por concurso de méritos sino por el sistema de roscas, pero él como muchos docentes, creen que los concursos no hay necesidad de modificarlos. Yo por el contrario que he sido experto en perder concursos, le he recalcado desde hace años a la comunidad universitaria que es urgente darles transparencia y suprimir la practica clientelista que se da en la vinculación de los profesores contratistas.

Pero apreciado lector, le sugiero no poner nunca en práctica el pensamiento critico, ni exigir democracia y mucho menos dársela de sincero en la universidad porque puede correr con mi suerte y quedarse en el desempleo.

Moraleja: si quiere ser profesor universitario, estudie un poco, sea lambón, sumiso, utilice el discurso políticamente correcto y siempre diga que es de centro.

BUENO ¿Y SABEN LO QUE PASÓ?
POR UNANIMIDAD GANÓ LA REELECCIÓN, COMO SE SABIA.
Y eso que al gobierno no le gusta la reelección en otros países.