miércoles

CRISIS EN LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

ESTUDIANTE DE UNIVALLE

Ya en el pasado publique mis opiniones sobre algunos de los grandes problemas que enfrenta la educación superior en Colombia y en la Universidad del Valle y lo hice en un libro que muy pocos profesores universitarios han leído, titulado “Universidad del Valle, hoy y mañana? Ha sido poco leído porque ya los profesores no leen libros, solo artículos de revistas famosas para poder entrar en la onda de la competitividad académica y el mejoramiento salarial. 

Entre tanto los problemas que enfrenta la educación superior son enormes y van en aumento, unos vienen de los grandes lineamientos del neoliberalismo internacional que siguen las clases plutocráticas de este país y otros vienen por la propia idiosincrasia nacional.

El neoliberalismo, las imposiciones de los grandes grupos económicos trasnacionales y la OCDE son los que se imponen por medio de la ley y mientras la ley 30 no se modifique, muy poco va a cambiar.

Lo otro es que si bien en las Universidades trabajan personas de altísimas calidades académicas, venidos de las más prestigiosas universidades del mundo, la mecánica de las sutilezas de las prácticas corrupto-clientelares que imperan en Colombia generación tras degeneración, van amoldando a los nuevos profesores que se integran al sistema laboral. Es como los buenos colombianos que en Estados Unidos respetan las normas de tránsito y cuando llegan al aeropuerto, todo se les olvida.

A este país llegan los mejores expertos en desarrollo sostenible, eruditos en ecología, pero sucede que entre todos logramos que sus conocimientos solo sirvan como trampolín para escalar posiciones pero no para cuidar los bienes naturales de este país y por ello se utiliza más la jardinologia que la ecología.

El amor por el conocimiento aquí es una fantasía, a nadie le importa un saber que no produzca dinero, que no sierva para entrar a la corriente de los teóricos del EMPRENDIMIENTO. Ser profesor cada día es una de las profesiones mas degradadas por el sistema, los estudiantes no quieren ser, no quieren estudiar, solo lograr un título rápido y fácilmente, para poder entrar al sistema de consumo. Y los papitos los ayudan tanto que cada día los teléfonos que tienen son mas inteligentes al tiempo que el tamaño de sus cerebros disminuye por efectos de la pereza.

El profesor de las universidades privadas y piratas es solo un peon encargado de justificar una titulación, un siervo del cliente que paga y exige una buena nota. Si el cliente en un momento dado se siente insatisfecho, el gerente, señor rector, ordena expeditos correctivos: se produce entonces la sustitución del profesor y la corrección de la nota porque un cliente de cuatro años no se puede dejar ir.

En las univesidades públicas la misma tendencia se produce por via de sistema de expulsión de profesores contratistas y para los de carrera, la perdida de prebendas, el señalamiento de ineficiente o  persecutor del estudiantado. Eso si no tiene que enfrentar un juicio por acoso.

Lo peor de todo es que en esta coyuntura, se cree que el problema es financiero, como si tres fajos de billetes pudieran tapar el sol de los problemas internos. Nunca será el momento oportuno de mirar las responsabilidades propias porque esos significaría tener le valor de la auto-crítica. La corrupción, ya se sabe muy bien, es de los demás.

No obstante como todo se volvió marketing se siguen construyendo portentosas teorías sobre la democracia, la tolerancia y pensamiento creativo como pilares de la Educación Superior.