Cualquiera puede decir que tiene novia, relaciones sexuales o amoríos pero
pocos pueden afirmar que tienen una relación de pareja feliz, estable y
duradera porque es la tarea más difícil que hay en este mundo.
Un beso. Lápices de colorers |
La definición del problema no comienza cuando usted consigue novio o
novia porque desde la infancia le han venido envenenando la cabeza con ideas sobre
cuál es el tipo de compañero que usted debe conseguir. Es por esto que algunos hombres
salen de casa con un metro buscando la de 90-60-90, mientras que ellas (por su
rol de sumisión) esperan, desde
antes de los hermanos Grim, que se les aparezca el caballeroso príncipe azul, que
le pinte pajaritos en el aire.
La cosa empieza a ponerse fea en el momento en que a usted le ven muy de
seguido con X persona, pues a partir de ahí todo el mundo empieza a opinar porque
la envidia es una plaga de la cual casi nadie se escapa: “Está muy flaca”, “que
vieja tan fea”, “es patitorcida” “mijo, esa greñuda no le conviene” “usted está
muy viejo para esa niña” y etcétera, etcétera.
Hasta hace unos años, si los dos eran del mismo sexo se producía un
escándalo, pero como ahora se está poniendo de moda la homosexualidad, ya la
gente no pasa de cierta mirada despectiva o una sonrisita maliciosa. Si son
hermanos, se prenden las alarmas y la familia corre presurosa a separarlos
porque es la peor de las aberraciones humanas. Por fortuna hay espíritus
tolerantes, que simplemente les aconsejan no tener hijos y que se vayan a vivir
a otro país para sean felices, lejos de la mojigatería. Ahora, cuando entre los
dos hay una pronunciada diferencia de edades, los que conforman el qué dirán y
hasta los especialistas escupen su veneno a diestra y siniestra para demostrarles
a los enamorados que son una pareja sin futuro.
Si ella es mayor que él, dicen que es un típico caso edípico y lo que él
buscaba en ella era a su madre. Hay quienes felicitarán al chico por sus dotes
de semental. De ella dirán que es “asaltacunas”, una buscona, abusiva y cuasi menopáusica.
Los expertos advierten que no durarán porque ella se arrugará pronto y él
querrá después tener una chica más joven.
Cuando él es mucho mayor le dicen “viejo verde faldero”, mientras que
de la niña afirman que; es solo una interesada que va detrás del dinero y la
herencia del cucho; es una inmadura que busca en él la figura paterna-sobreprotectora porque es
una “electracomplejada”; o que la chica solo lo hace por lucirse en sociedad.
¿Cómo debe estar conformada la pareja ideal?
La respuesta parece ser tan sencilla que nadie se puede quedar callado
y porque opinar es facilísimo, solo hay que abrir la boca para permitir que
salgan los prejuicios, las frustraciones personales o las frases de cajón que
circulan en Facebook. Entre algunas de esas ideas mencionemos las siguientes: que haya química, entre ellos (aunque en realidad tambien física, economía, cálculo, historia). Ella delicada o femenina y él un varón (casi macho) que sepa prometer futuro. Que tengan edades iguales o de pronto que él sea un poco mayor. Los gustos deben
ser parecidos y aunque se diga que las diferencias socioeconómicas no deben ser
muy grandes, a ellas se les insiste para que prefieran a los de mejor posición, personas con fama y dinero. No importa que él sea feo, pues el amor llegará luego…(entran risas) pero ella ha de ser linda. Juntos deben gozar de plenas facultades
físicas ya que, como dijo Schopenhauer, las deficiencias en la salud inhiben la formación
de parejas porque como somos animalitos, buscamos la perfección de la raza en
la procreación. De esos enunciados algunos hombres ya han sabido deducir lo que tienen que hacer y se juzgan "exitosos en el amor".
De cumplirse esos presupuestos entonces deberían formarse parejas duraderas y sin embargo no siempre se produce, por miles de razones. Mencionemos por
ejemplo que los individuos no evolucionan con el mismo ritmo, ni en la misma dirección.
A los dos no los afectan por igual las presiones externas y en una sociedad donde la gratitud es una especie en vías de extinción, el egoísmo es un
virus que puede contagiar a uno solo de ellos . Por eso no se sorprenda cuando
un buen día le digan: “Te dejo, ya tengo otr@.” .“cuando logre algo de dinero
te mandare para los niños”. y "si resuelves sufrir, es tu problema”.
Los envidiosos son muy agudos a la hora de detectar disparejas, como
aquella amargada que le dice a su hermana “no se meta con ese viejo porque
usted debe estar con los jóvenes, mañana se queda sola lamentando no haber
disfrutado de la vida”. Pero ese tipo de comentarios superficiales lo que
traslucen y reproducen es la existencia unos estereotipos sociales como el de pensar que juventud es rumba, licor, deportes extremos, aventuras amorosas. Pero un chico puede tener en la cédula 24 años y en realidad reflejar una “madures” extrema; andando con su saquito porque
es un hipocondriaco; se expresa con formalismos huecos, es parco para todo y le
dan miedo las experiencias exóticas. O a la inversa, puede comportarse como un
niño plástico jugando con sus carritos, esperando que papi y mami le digan lo
que tiene que hacer. La señora de 50 años, que llaman “la cuchibarbie”
perfectamente puede ser audaz, alegre, coqueta, ambiciosa, deportista y con una jovialidad más
contagiosa, que una chica de 20. Por esa razón se equivocan los expertos al fijar
su crítica en el monto de los años y como nadie tiene garantizada la vida, a lo
mejor es la persona mayor la que se puede quedar viuda en la primera noche de
pasión. Adicional a ello toca estar alerta porque la jovencita en pocos años se puede tornar achacosa: ya no quiere caminar, no le gustan los paseos a río porque los
mosquitos, el sol, el agua fría y... que pereza. Total el catano se aburrió de
su viejita precoz.
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Oleo |
Uno de los argumentos más simpáticos que conozco para justificar la disolución
de la pareja, dice así: “me voy porque quiero experimentar algo nuevo y diferente”. (como se dice de un celular). Es realmente interesante porque quien la pronuncia olvida un hecho
fundamental y es que tales maravillas son muy relativas, puesto que cuando se
marcha se lleva consigo la mitad de las cosas que conformaban la anterior relación.
Esto es, su propia manera de ser con sus cualidades y defectos. Por eso muchos
de los que se divorcian vuelven a hacerlo por los mismos motivos, y siempre echándole
la culpa al otro por una de las leyes naturales de la idiotez humana: … nadie quiere
confesar que es culpable en cuestiones de amor. Si usted quiere
experimentar algo realmente nuevo y diferente, deberá pasarse al otro bando de la acción o puede experimentar con las relaciones sadomasoquistas o en medio de las drogas.
No es mi intención desanimar a los “innovadores”, pero lamento tener
que recordarles también que en la vida tenemos que lidiar casi siempre con las
mismas cosas: hacer de comer, limpiar la casa, trabajar, aprender a complacer
al otro, a ser tolerante, a perdonar, olvidar, etc. Básicamente son los mismos
asuntos que deben afrontar chicos y chicas de Australia, o del Canadá. Si somos
falsos, mentirosos y vivimos del qué dirán, la lógica indica que haremos
infelices a nuestra apareja así ella venga del pueblo más apartado de la
tierra. Con los marcianos puede que las cosas sean radicalmente distintas, pero
tocaría probarlo.
Recordemos pues que la cotidianidad es la esencia de la vida y es por
eso que, para las cosas distintas usamos la palabra extra-ordinario, es decir
que no se da todos los días. En consecuencia diremos que la desgracia de lo nuevo
y diferente, está en que rápidamente se torna en viejo y habitual. En mi
concepto entonces parte de la felicidad está en aceptar lo cotidiano, el vivir
a gusto con lo que se tiene. Claro, esto no significa que debamos caer en
el conformismo, porque cuando las cosas no funcionan, no se trata de pasar por
masoquistas o mártires.
Es una tragedia que estemos trasladando a las relaciones
interpersonales la glorificación de lo nuevo y lo diferente que nos ha traído
la sociedad de consumo porque a cualquier tont@ y sin amor podemos llamarlo novio,
amigovio, amante, compañera, esposo. Y al poco tiempo lo descartamos porque
nos aburrió. Por eso cuando encuentre una pareja en la calle, no se crea todo
lo que ve, debido a que muchas son relaciones efímeras, otras solo son personas que llevan vidas
paralelas por obligación reproduciendo la hipocresía de generación en degeneración para la foto de la familia feliz y, por supuesto, también están aquellas parejitas lindas que se aman
locamente, sin importarles lo que piensan los demás. Cruzo los dedos para que usted, pertenezca a una de ellas.
Por último cuídese de juzgar a los demás porque cada cual hace lo que
puede para sobrevivir a la desventura del desamor.