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Gracias U.S.A. |
Es increíble que después de haber sacrificado a tantos millones de personas durante la segunda guerra mundial, volvamos a tener dirigentes empeñados en fomentar el exterminio de naciones enteras. En esta oportunidad han vuelto los grandes empresarios a aliarse con los políticos para, desde los estados miembros de la OTAN (e Israel), tratar de eliminar a los pueblos que no se arrodillan ante sus intenciones imperialistas. Ellos iniciaron el conflicto contra las gentes del Donetsk y Lugansk, fomentaron las guerras de Iraq, Afganistán, Yugoslavia, Siria y Yemen. Hoy, continúan con el exterminio de los palestinos y siguen organizando provocaciones terroristas hacia Rusia, Irán y China.
Los empresarios que se repartieron África en el siglo XIX, los que organizaron la Gran Guerra y alimentaron el fascismo durante el siglo pasado (como Kodak, Hugo Boss, Adidas, Volkswagen, Bayer, Coca Cola - Fanta, Nestlé, IBM, BMW, Ford, General Motors, etc), han transformado nuestro mundo para su beneficio. Tras la caída del Muro de Berlín las oligarquías nos impusieron sus teorías neoliberales y por eso ya no hacen énfasis en la producción industrial, se dedican a la economía especulativa o de servicios y con tales dineros, apoyan a las cañoneras que van regando sangre a nombre sus visiones de la libertad y la democracia. Es por esos cambios que no se habla de fascismo como antes, sino de “Neofascismo” en general y de sionismo para el caso particular de Israel. Como grandes figuras de esta corriente que impulsan con cinismo los más variados odios de nuestro tiempo tenemos a Trump, Bolsonaro, Miley, Benjamín Netanyahu, Zelensky, Meloni etc. Ellos, como Joe Biden, no son teóricos ni pensadores de nada, solo simples marionetas del capitalismo global.
Ahora vienen las preguntas fundamentales: ¿por qué la gente fue aceptando sin gran asombro ni preocupación que el neoliberalismo se transformara en neofascismo? ¿Cuál es la explicación para que individuos como Trump, Asnar, Bolsonaro o Uribe puedan cometer toda clase de fechorías con el respaldo de la gente humilde? Estas son cuestiones muy complicadas de resolver en una pequeña nota, pero lo importante es tratar de acumular, entre todos, algunos de los elementos explicativos. Es necesario por ejemplo empezar por los factores claves del desarrollo lógico del sistema capitalista, debemos recordar cómo son los juegos de la geopolítica, también hemos de tener en cuenta las cuestiones sociológicas propias de esta modernidad que hemos construido y por supuesto se presentan los factores ideológicos que rigen día a día, tanto nuestra visión de las cosas, como nuestros comportamientos. Empecemos por estos últimos:
*Los poseedores del dinero en el siglo XX crearon sus grandes empresas de “comunicación” como la prensa, la radio y la televisión para cultivar sus intereses políticos e ideológicos. Luego invadieron el internet con sus páginas web, redes sociales, post cast y ahora nos prometen elevar al máximo su producción de contenido, con sus falsas noticias o verdades a medias, por medio de la Inteligencia Artificial. Solo hay que recordar la tarea que cumplen medios como The New York Times, Fox News, Prisa Media, RCN y la tristemente célebre revista Semana.
*El enorme crecimiento que ha tenido la educación privada, en las últimas décadas no se dio por amor de los inversionistas al conocimiento, sino tratando de lograr un amplio abanico de beneficios políticos e ideológicos interrelacionados, entre ellos: formar a las nuevas generaciones en el espíritu neoliberal, tomar el control sobre la conciencia de ese sector de la clase media ascensionista que busca figurar en los medios de comunicación, como expertos, analistas, y consultores. El problema gordo es que esa visión del mundo centrada en el individualismo de los negocios, la competitividad a ultranza, el eficientísimo digital y el psicologismo, también la incrustaron con la ley 30 en el espíritu de la burocracia universitaria con el objetivo de seguir reproduciendo las lógicas del sistema de explotación actual.
*Otro elemento a destacar en esto de la construcción de la hegemonía neoliberal, lo tenemos en la “violencia simbólica”. Es un concepto que poco se menciona y que lo encontramos en los gestos de aceptación, reconocimiento o exaltación de aquellas, figuras públicas o actividades populares que puedan ser resignificadas para someter o modelar las formas de pensar de la gente. Eso lo vemos en la exaltación de la salsa como “tradición popular” que ahora sirve al fomento de los negocios de circo y las ideas dominantes. También lo encontramos en las condecoraciones o entrega de medallitas que sirven para premiar a los fieles servidores del sistema. En los tiempos del fascismo Alemán por ejemplo le dieron la Gran Cruz del Águila al famoso antisemita Henry Ford, y a Thomas Watson, fundador de la empresa de informática IBM. Sin embargo, como la vida es dinámica, los empresarios también van girando según las circunstancias, ya no se centran únicamente en los de raza blanca y van creando condecoraciones para las gentes de otro color u otras inclinaciones, porque lo importante es tener a sus ciervos felices y a la masa contenta en la moda de las “nuevas inclusiones”. Véase por ejemplo la alianza El Espectador y la Fundación Color de Colombia. Lo importante no es el premio, ni el premiado, sino el premiador que se impone una imagen ante los demás. Es como la caridad de las damas en el bus, lo importante no es la moneda ni el mendigo, sino la imagen que proyecta de sí, la foto de la señora caritativa ante sus compañeros de viaje.
*Ahora mencionemos que existen maneras más divertidas de someternos a la lógica empresarial y que las encontramos a nuestra disposición gratis, sin ni siquiera tener que estudiar. Si, para ello solo tienes consumir las películas de navidad o de romance en Youtube. La casi totalidad plantean lo mismo… una chica o chico enfrenta el reto de sacar adelante una idea de negocio, pero por fortuna aparece su media naranja que sabe de marketing y planificación estratégica para ayudarle a lograr el éxito al final de la trama. Lo bonito es que todas terminan con un beso de amor eterno. Las películas norteamericanas de Hallmark, son así de empalagosas y estandarizadas, aunque también las mismas historias del príncipe con la chica pobre las vemos en los paisajes alemanes y británicos de Rosamunde Pilcher o Inga Lindstrom.
Pero vamos sintetizando. El sistema socioeconómico capitalista se centra en la primacía a los intereses individuales sobre los comunitarios, su objetivo fundamental es el crecimiento ilimitado de la actividad económica, el sometimiento de la naturaleza y la conquista de nuevos mercados, sin tener en cuenta las costumbres o los derechos de las otras naciones. De ahí que los “Occidentales” se inventaran la idea de la globalización para llevarles supuestamente la libertad, la paz y la democracia (la dictadura del capital) al resto del mundo. Y la verdad es que los imperialistas han logrado un gran éxito portentoso en esta carrera, porque existe otro elemento sociológico significativo y es el siguiente: en todo grupo humano no faltan los arribistas, los que se arrastran ante los poderosos, los llamados “lacayos”, capaces de pisotear a los demás con tal de lograr unas monedas y un poco de status. Es con esa gente que los Norteamericanos (USAID, CIA, ONGs) y sus compinches compran elecciones en su casa o ejecutan golpes de Estado en otros países para instaurar en ellos las burocracias neoliberales con fingidos nacionalismos de corte fascista.
No cabe duda que esos liderazgos respaldados por los más famosos emprendedores multimillonarios han logrado un éxito impresionante, tanto que la gente humilde no pueden ver las contradicciones del sistema ni el origen de sus miserias. Pero es más, vieron como los sionistas han asesinado a casi cincuenta mil seres encerradas en la cárcel de Gasa y en Cisjordania, sin que se conmovieran, como sucedió cuando los nazis exterminaron a millones de rusos, polacos y gitanos. No duele porque es el tipo de ser humano que han construido en el afán del éxito personal, el dinero rápido y el odio que muchos pobres sienten por los pobres, negros, indígenas o extranjeros.
Antes de terminar me permito invitarlos a investigar más sobre estos temas y a leer la siguiente frase de Jorge L. Acanda:
“El neoliberalismo no es simplemente un tipo de capitalismo, sino una forma específica de sociedad e, incluso, un modo de existencia, que estructura nuestra manera de vivir, las relaciones de las personas entre sí y la forma en que nos representamos a nosotros mismos. No es solo un proyecto económico y político, es también un proyecto de sociedad y una cierta fabricación del ser humano.”
Referencias:
Acanda González, Jorge Lui.s El neoliberalismo como ideología y sentido común. En Textos y Contextos, 2021, núm. 23, Noviembre-Mayo,
https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/CONTEXTOS/article/view/3331
El giro del neoliberalismo al neofascismo, universalización y segregación en el sistema capitalista
David Pavón Cuéllar Desde el jardín de Freud: revista de psicoanálisis, Nº. 20, 2020
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7600525