Para los
colombianos sería muy apropiada su lectura en estos momentos porque aun estamos
padeciendo las consecuencias de la feroz arremetida de la avaricia de los
monopolios. Nuestro gobierno de “Unidad Nacional”, en su afán de servir de
puente al lucro de las elites continúa feriando los bienes del país y ya muy
pronto no habrá nada más que vender. Así pronto todos dejaremos de ser
ciudadanos, para convertirnos en CLIENTES, si es que no atajamos tan nefasta
tendencia de desmantelamiento del Estado.
A titulo de ejemplo
en su pagina 114 leemos:
“En la historia de
la privatización hay ganadores además de perdedores. En Suecia, tras una crisis
bancaria que dejó al Estado con su grave falta de ingresos, el gobierno
(conservador) de comienzos de años noventa reasignó el 14 por ciento de las
aportaciones para la jubilación, hasta entonces monopolizadas por el Estado, a
planes de pensiones privados. Como cabía esperar, los principales beneficiarios
de la operación fueron las compañías de seguros. De la misma forma, entre las
condiciones en que los servicios Públicos británicos se vendieron al mejor
postor estaba la “prejubilación” de decenas de miles de trabajadores. Éstos
perdieron sus empleos y el Estado tuvo que cargar con unas pensiones para las
que no había suficientes fondos, pero a los accionistas de las nuevas compañías
privatizadas se les eximió de toda responsabilidad.
Entregar la
propiedad a los empresarios permite al Estado desentenderse de sus obligaciones
morales. Eso fue deliberado: en el Reino Unido, entre 1979 y 1998 (es decir,
durante los años de Thacher y de Major), la proporción del sector privado de
servicios personales subcontratada por el gobierno ascendió del 11 al 34 por
ciento, correspondiendo el incremento mayor al cuidado residencial de personas mayores, niños y enfermos mentales. Los
recién privatizados hogares y centros de atención lógicamente redujeron la
calidad del servicio para aumentar los beneficios y los dividendos. De esta forma el Estado de
bienestar se fue desmontando a hurtadillas para beneficio de un puñado de
empresarios y accionistas.”
El libro es bueno, lamentablemente el autor concluye que el futuro está en la socialdemocracia: es decir que a duras penas podemos pensar en suavizar el capitalismo.
El libro es bueno, lamentablemente el autor concluye que el futuro está en la socialdemocracia: es decir que a duras penas podemos pensar en suavizar el capitalismo.
Editorial Taurus Mexico 2010